miércoles, 25 de mayo de 2016
CAPITULO 106
Es ridículo el tiempo que le toma a la policía y al hospital para liberarme. En el momento que soy libre de irme, no me importa ninguna de mis pertenencias en el hotel. No hay una sola cosa ahí que no pueda reemplazar. Sólo quiero ir a casa.
Randy cancela nuestros espectáculos por el resto de la semana y dice que vamos a anunciar que tengo la gripe o algo similar. Me cabrea y me pregunto si está planeando tratar de barrer esto bajo la alfombra ya que Fernando es su amigo. No lo hará si sabe lo que es bueno para él.
Pedro Henry se ha encargado de todo. Tiene un auto y un chofer esperando para llevarnos de regreso a Nashville.
Estoy soñolienta debido al sedante que me dieron en la sala de emergencia y termino durmiendo todo el camino a casa, pero me alegro. Al menos dormir me permite sacar mi mente de lo que hizo Fernando.
Me siento aliviada cuando por fin entramos por la puerta de mi apartamento.
Han pasado semanas desde que estuve en casa y echo de menos estar aquí. Me alegro de que Pedro Henry esté conmigo. No estoy segura de si podría haber llegado a casa si no lo tuviera.
Me siento sucia, como si tuviera a Fernando sobre mí, y me hace enfermar. Recuerdo el tacto de su mano entre mis piernas mientras agarraba mi ropa interior y un rigor involuntariamente me sacude.
—Voy a tomar una ducha antes de acostarme.
—Está bien. ¿Quieres algo de comer?
Estoy demasiado asqueada para comer.
—No lo creo. Todavía tengo sueño por la medicina que me dieron. Probablemente voy a ir directo a la cama después de mi ducha.
—Si todavía estás mareada, ¿crees que es una buena idea estar en la ducha? No quiero que te caigas.
—Voy a estar bien. Voy a llamarte si me siento débil o si necesito algo.
Está de acuerdo, pero de mala gana. Entro en el cuarto de baño y cierro la puerta porque necesito muros entre nosotros. Siento las lágrimas venir y no quiero que me vea así. Ya se siente muy mal por no haber estado ahí para protegerme de Fernando.
Abro la ducha y el baño minúsculo casi se llena inmediatamente con vapor.
Levanto mi vestido hecho jirones sobre mi cabeza antes de tirarlo a la basura.
Estoy desnuda delante del espejo para evaluar los daños.
Toco la gran contusión que todavía está formándose en el lado de mi rostro. Está sensible. Raspaduras y una marca descolorida azul marcan mis brazos y la parte superior de mi cuerpo. El corte en la frente se mantiene unido con adhesivo y me hace sentir como si fuera un pedazo de vidrio roto que se puede poner de nuevo junto con un poco de pegamento, excepto que no me siento unida de nuevo en absoluto.
No puedo verme más, así que me meto en la ducha y comienzo el proceso de tratar de limpiar los acontecimientos de esta noche lejos. Lavo mi cuerpo varias veces, pero lo que siento se niega a ser rastreado fuera. Me temo que no lo hará en un tiempo.
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Hermosos los 5 caps, qué hdp ese Fernando. Menos mal que Pedro hHenry llegó a tiempo.
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