jueves, 23 de junio de 2016
CAPITULO 198
P ya no está en reposo, pero eso no significa que pueda volver a hacer las cosas que le gustan. Tiene que tomárselo con calma, así que la traigo a casa después del almuerzo y la aliento a que descanse en el sofá. No está emocionada, pero finalmente accede. Puedo ver que está cansada, aunque se niegue a admitirlo, y apostaría dinero a que estará dormida a los quince minutos una vez que salga de la casa para ver los viñedos.
Harold y yo pasamos unas buenas cuatro horas mirando la mayoría del costado noroeste y me complace no encontrar evidencia de desperfectos. Los viñedos se ven bien para este momento del año y eso me complace mucho, pero no tanto como volver a ver a mi esposa.
Entro a la cocina y la Sra. Porcelli parece estar poniendo los toques finales a la cena.
—Huele bien aquí. ¿Qué cenaremos?
—Paula dijo que tuvieron un almuerzo pesado, así que pidió algo ligero. —Totalmente de acuerdo. Amo las hamburguesas de queso, papas fritas y malteadas, pero esa no es una comida que debería convertirse en hábito, especialmente si tienes un historial familiar como el mío—. Espero que salmón con arroz y espárragos suene bien.
—Suena perfecto. —Abro el refrigerador y tomo una cerveza—. ¿Paula descansó después de que me fui al trabajo?
—Ha estado en el sillón la mayor parte de la tarde y estoy segura de que tomó una siesta.
—Bien. Necesita descansar—. Dice que el doctor le dio un buen diagnóstico. Me alegra mucho oír eso. He estado preocupada por ella y el bebé.
—Nos han dicho que el peligro ya pasó y que el resto del embarazo debería transcurrir sin dificultades.
—Esas son buenas noticias. —Abre el horno para vigilar el pescado y el aroma llena la cocina—. ¿Comerán en la sala de estar de nuevo?
El régimen de P allí ya terminó y creo que estará tan harta como yo de comer allí.
—No, cenaremos en la mesa esta noche.
—Entonces la comida estará allí en diez minutos más o menos.
—Gracias. Le diré a Paula.
P no está en el sillón y no la encuentro en nuestra habitación. Hay sólo un lugar en el que asumo que estará.
Está en el estudio de música viendo su progreso. No lo ha visto en tres semanas, así que estará sorprendida del avance que han hecho.
Aunque estoy contento de que no trabaje, sé que está determinada a volver a componer.
Discute que no es correcto que no trabaje, que debería traer a casa algún ingreso, pero estoy en desacuerdo. Es mi esposa, y hago más de lo necesario para abastecernos.
No estoy equivocado, la encuentro en el estudio.
—¿Qué opinas?
Está mirando alrededor, una mirada de asombro llenando su cara.
—Estoy sorprendida. No puedo creer lo mucho que han avanzado es estas semanas. Casi está terminado.
—Hablé con el contratista esta tarde. Dijo que una semana más y deberíamos ser capaz de tenerte aquí, canario.
—Canario —repite—. Me gusta.
—¿Hiciste un recorrido sin mí?
Parece culpable.
—Lo hice. Vi a los trabajadores yéndose y no pude resistir salir a mirar.
—Está bien. ¿Has visto todo lo que querías ver?
Mira de nuevo alrededor.
—Sí, estoy bien.
—La cena está lista. Le dije a la Sra. Porcelli que cenaríamos en la mesa esta noche.
—No hay discusión en eso. Estoy harta de ese sillón.
—Yo igual.
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Es re tierno él, cómo la cuida x favor. Me fascina esta historia.
ResponderEliminarson tan dulces me encanta esta historia
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