miércoles, 22 de junio de 2016
CAPITULO 194
Solo le toma un momento a mis ojos para enfocarse, pero soy capaz de distinguir a Pedro Henry sentado al lado de mi cama. Está sosteniendo mi mano, moviendo su pulgar sobre mi piel de la forma que tan a menudo hace.
—Oye, chica bonita.
—Alfonso —grazno y me doy cuenta cuán dolorida y áspera está mi garganta. Trato de toser, para borrar lo que se siente como un tapón, pero no puedo—. ¿Puedo tener algo para beber?
Margarita se acerca al lado de mi cama, con una taza y una cuchara.
—La enfermera dijo que puedes tomar unos cubitos de hielo y cuando estés mejor y más despierta, pasar a sorbos de agua.
Pedro Henry levanta la cabecera de mi cama, y me doy cuenta que no estoy acostada boca abajo. Entro en pánico, inmediatamente llevo mis manos a mi estómago mientras temo lo peor.
—¿El bebé?
Las manos de mi esposo se unen a las mías en mi abdomen.
—Ella está bien.
Margarita aprieta sus labios mientras mira a Pedro Henry.
—Tú, pequeña mierda. Es una niña y no me lo dijiste.
Ahora está en problemas.
—No, mamá. No sabemos qué es el bebé. Pienso que es una niña, así que la llamo ella para irritar a P; se inclina a un niño.
—Oh.
Aunque he tenido una cirugía, me siento más normal de lo que me he sentido en días.
—¿Me parece que todo ha ido bien ya que me dejan sentarme?
—Sí. La Dra. Sommersby vino hace unos treinta minutos. Es optimista que el cerclaje aguantará porque tu cuello uterino se sintió más firme y es más grueso de lo que apareció en el ultrasonido. Dijo que la bolsa de aguas hinchándose por el cuello uterino probablemente lo estiraron. —Qué alivio.
Margarita se acerca a besarme.
—Está bien, niños. Voy a irme, así los dejo tener un poco de tiempo juntos. ¿Puedo conseguirte algo?
Tengo todo lo que necesito aquí mismo.
—No puedo pensar en nada, pero gracias.
Pedro Henry espera hasta que Margarita se ha ido para cernirse sobre mí, con su cabeza frente a la mía, y coloca su mano en mi estómago.
—Estaba tan asustado, P.
Alcanzo su cara porque quiero sentirlo. Ha estado muy preocupado por mí y el bebé para afeitarse. Su vello facial está demasiado largo para ser considerado barba incipiente, así que casi es una barba.
—Lo sé. También lo estuve, pero por primera vez en días, empiezo a sentir que todo va a ir bien.
—La Dra. Sommersby dice que quiere que estés en observación hoy y parte de mañana. Si no tienes dolor o contracciones, va a darte de alta en la noche de mañana.
—Oh Dios, qué alivio. —No puedo esperar para volver a Avalon. No puedo creer cuanto lo he echado de menos—. Podría haber empujado a través de esto tanto como lo necesitaba, pero debo admitir que estoy lista para salir de aquí. Cuatro días estando en esta cama mirando a estas paredes ya es mucho para aceptar.
—Nena, has sido una campeona. Incluso las enfermeras han comentado lo bien que has manejado estar sobre tu cabeza por días. Ni una vez te quejaste.
Quejarme solo hubiera hecho las cosas más difíciles para Pedro Henry y no hubiera conseguido nada.
—No había razón para hacerlo. Estaba preparada para hacer cualquier cosa que fuera necesaria por este bebé, y no había otra manera de hacer las cosas.
—Sé que lo harías, y esa es solo una de las razones por las cuales te amo tanto.
No debería pero quiero saber si mi madre ha llamado para saber de nosotros.
—¿Ha llamado alguien?
Una mirada peculiar se afirma en el rostro de Pedro Henry y solo puedo interpretarla como que mamá no está lo suficientemente preocupada para llamar por noticias.
—He actualizado a Aldana. Dijo que te transmitiera todo su amor y sus deseos de poder estar aquí. Emma llamó y quería que supieras que te quiere y está pensando en ti y en el bebé. Chloe, más de lo mismo… te quiere, está pensando en ti.
—Pero, ¿nada de mi familia? —Apuesto a que ella ni siquiera les dijo a Nanna y a Pops. Sé que hubieran llamado si sabían que algo estaba mal.
—Lo siento, nena.
—Está bien… está obsesionada con él. Estoy acostumbrada a ello. —Supongo que fui una estúpida por pensar que pudo poner algo delante de ella, o él, por una vez, pero está bien.
Margarita ha sido más una madre para mí este año de lo que la mía ha sido durante toda mi vida. Los Alfonso son mi familia ahora, y me quieren. Y yo los quiero.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario