lunes, 13 de junio de 2016
CAPITULO 165
Mamá nos encuentra en la puerta.
—Hola, chico del cumpleaños. —Me aprieta fuerte antes de abrazar a mi esposa—. Paula. —Susurra algo en su oído pero no soy capaz de entender lo que es, justo como pretende, y me hace recordar de otra ocasión en que hizo lo mismo.
Estas mujeres se llevan demasiado bien. Se van a unir y confabularán en mi contra.
La chica vieja está usando una inusual y amplia sonrisa esta noche. Eso solo puede significar una cosa cuando se trata de Margarita Alfonso. Trae algo entre manos.
—¿Qué está pasando, mamá?
—Es tu cumpleaños, hijo. Sólo estoy recordando el día en que di a luz a mi primogénito.
Puras tonterías.
—Pero estás sonriendo. —Nunca sonríe cuando habla sobre tenerme.
—Claro que estoy sonriendo —dice—. Fue un día feliz.
Hace un buen intento en sonar sincera, pero la conozco bien. Esta mujer me ha contado sobre el día que nací innumerables veces, la mayoría cuando le causo algún tipo de problema o preocupación.
No es realmente una historia que vaya a animar a Paula a querer tener a nuestro bebé, pero está obligada a decirle sobre ese día del infierno en algún momento.
—Estaba en trabajo de parto, sin ningún tipo de analgésico, por veintiuna horas y media. Pesé más de cuatro kilos y medio, y pensó que moriría por empujarme fuera. Estoy bastante seguro que le rogó a alguien que la matara, aunque nunca lo ha admitido.
Los ojos de Paula se amplían y su mandíbula cae.
—Dios santo. ¿Más de cuatro kilos y medio?
—No le rogué a nadie que me matara. —Juguetonamente golpea mi brazo—. No más de cinco veces, creo. Pero olvidé todo el dolor cuando lo vi. Era tan hermoso, Paula. Tenía su cabeza llena de cabello negro… y estoy feliz porque estaba mirando hacia arriba cuando salió y su cabeza era en forma de cono. Pero cuando lloró fue música para mis oídos. Valió todo lo que pasé y el tuyo también lo valdrá.
Paula no necesita que mi madre la acose sobre un bebé. Ya tengo miedo de haberla presionado demasiado, así que levanto mis cejas como advertencia.
—Mamá.
—Bueno, ya cierro la boca. —Hace un movimiento de sus dedos a través de su boca y la seguimos a la sala. Hay un grupo de gente, probablemente el doble de invitados que de
costumbre. Veo varios de mis amigos y sé que Paula estará feliz de conocerlos. Luego están los habituales, mis padres, Ernesto y Emma con su trío, y Chloe. Y Benjamin jodido
Donavon.
Estoy cegado por la ira.
—¿Por qué demonios estás aquí?
—Pedro Henry. Benjamin es un invitado en nuestra casa. —La voz de mi mamá tiene un filo de advertencia, pero no me importa. Puede golpearme tan fuerte como quiera si no le gusta lo que tengo que decir.
—Nadie me ha contestado aún. ¿Quién invitó a este idiota?
Chloe me está dando una mirada malévola.
—Yo lo hice, y él no es… un idiota.
Me estoy sintiendo emboscado por mi propia hermana, y tal vez por mi propia esposa.
—¿Sabías sobre esto?
—No. —La voz de Paula tiene un filo agudo, así que lo tomo como señal de que no le gusta ser acusada—. Solo sabía que Chloe iba a traer al chico nuevo con el que estaba saliendo.
Mi hermana está mal de su maldita cabeza si piensa que voy a dejar que eso pase
—Oh diablos no. No estás saliendo con él.
—Saldré con quien sea que yo quiera y no hay nada que puedas hacer al respecto, así que para de ser un imbécil.
Jódeme. No puedo dejar que esto pase. Él no es bueno para ella y no lo quiero cerca de mi esposa.
—Chloe, hay cosas que no sabes sobre él.
—Benjamin me lo dijo todo. —De alguna manera dudo eso.
—Oye, hombre —dice Benjamin mientras da un paso acercándose y hace una señal hacia la puerta del patio—. ¿Podríamos ir allá afuera a hablar sobre esto en vez de hacer una escena?
Sí. Estoy seguro que no quiere tener esta conversación frente a un grupo de gente. Eso solo probará cuán desagradable es, pero también temo lo que dirá sobre mí. Está al tanto de que yo no sabía el apellido de P después de estar con ella por tres meses. Estoy malditamente seguro de que no quiero que lo saque a colación frente a la familia, así que me tiene en un aprieto.
—Regresaremos en un minuto.
Paula pone una mano en mi brazo y susurra:
—Está aquí por tu hermana, no por mí, así que compórtate.
—¿Cómo se supone que eso me hará sentir mejor?
P levanta su ceja como advertencia y es la misma mirada que he visto que mi mamá me da cientos de veces.
—Estamos aquí para celebrar tu cumpleaños y apreciaría que no te metieras en una pelea.
—No lo haré, amor. Lo juro.
Salimos hacia el patio y me paro con mis brazos cruzados mientras espero por lo que tiene que decir. No puedo pensar una sola cosa que quisiera oír de este tipo.
—Quiero empezar por disculparme por mi comportamiento con Paula.
Le está diciendo a la persona equivocada.
—Tal vez deberías disculparte con ella en vez de conmigo.
—Planeo hacerlo, pero sabía que no era posible si no pasaba por ti primero. —Tiene razón. No estoy seguro si permitiría que se acercara a ella—. Lamento no haberte dado la información que necesitabas para encontrarla, pero todo parecía realmente extraño para mí. Estuviste con Pau por meses y no sabías su apellido. Asumí que había una razón para eso y que era su decisión. Pensé que la estaba protegiendo.
Protegiéndola, ¡mi culo! Sé cuánto placer le dio negarme lo que necesitaba saber.
—Lo hiciste con una sonrisa de come mierda. Amaste verme humillado.
—No diré que no lo disfruté. Quería a Paula, y te metiste entre nosotros. No podía ver entonces que eras el elegido para ella, pero me doy cuenta ahora. Siempre fuiste tú. Nunca tuve una oportunidad.
No me interesa discutir cuánto deseaba follar a mi esposa.
Ya sé eso. Estoy más interesado en cuáles son sus intenciones con Chloe. Quiere ganar mucho profesionalmente por estar asociado con esta familia. O solo podría ser un bastardo buscando darme una estocada ya que no tuvo éxito al cerrar el trato con mi esposa.
—¿Qué hay de mi hermana? ¿Sales con ella para cabrearme o la ves como una oportunidad de escalar más alto?
—Chloe me gusta mucho y nuestra relación no tiene nada que ver contigo o con tu familia.
—¿Cómo se dio esta relación? —pregunto.
—Estoy en Sidney por mis prácticas profesionales, así que Aldy nos presentó hace unas semanas y desde ahí seguimos. La invité a salir y hemos sido prácticamente inseparables desde entonces. —Una imagen mental de Chloe y Benjamin inseparables no es algo que necesite en mi cabeza—. Tengo mis propias conexiones de negocios. Nací en una familia vinicultora justo como tú, así que no pretendo ganar nada en lo que se refiere a tener una
relación con Chloe.
Todavía no me gusta este pendejo.
—No voy a darte una cháchara. No me importas en absoluto, y en realidad no me gusta que estés con mi hermana, pero ella es lo suficientemente mayor para tomar sus propias decisiones. Si te escoge, entonces es su error, pero tengo mis ojos en ti. Si jodes a mi hermana, o a mi esposa, eres mío.
—No tengo intenciones de hacer nada de eso, pero necesitas acostumbrarte a la idea de que esté por aquí. No planeo ir a ningún lado mientras Chloe me quiera aquí.
Jodidamente perfecto. Necesitaré agradecerle a Aldana por esta mierda más tarde.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario