jueves, 2 de junio de 2016

CAPITULO 132





La gira de Paula llega a su fin la semana que viene y espero que marque el inicio de un nuevo comienzo para nuestro futuro juntos. Ella ha seguido siendo misteriosa con sus planes y no se ha comprometido verbalmente a cualquier cosa de una manera u otra. Me preocupa, pero no he querido empujarla por miedo a que ella escape.


Originalmente, estaba previsto que terminara la gira en dos semanas y así estaría de vuelta en el estudio para comenzar a trabajar en el próximo álbum, pero las cosas han cambiado desde entonces. Le di un anillo y le dije que quería casarse
con ella.


Ya han pasado tres meses y, a pesar de que es por mi petición, no me ha dado una respuesta oficial.


No tener una respuesta está empezando a enloquecerme. 


Pretendo ser paciente, pero no lo soy. La quiero conmigo y cada día es una batalla no exigirle que se venga inmediatamente para que podamos comenzar nuestro para siempre.



Francamente, es un poco deprimente que no abandonara toda su vida en el momento en que puse el anillo en su dedo. En el fondo de mi mente, esperaba que lo hiciera, pero luego recuerdo que su fuerza de voluntad e independencia son algunas de las cosas que me gustan mucho de ella. Me gusta que ella tenga una vida y no gire exclusivamente alrededor de mí. Pero entonces la parte egoísta de mi lo desprecia al mismo tiempo.


Ha sido un día largo y estoy exhausto cuando llego a casa por la noche. Es un poco tarde para que la señora Porcelli siga aquí, pero la encontró en la cocina.


—Llega justo a tiempo, Sr. Alfonso. Estaba sacando la cena del horno.


Es un olor familiar, pero no lo asociaría con la cocina de la señora Porcelli. Huele como la lasaña de mi chica.


—Eso huele igual cuando Paula ha estado aquí cocinando.


—Debería. Es su lasaña.


He echado mucho de menos su forma de cocinar, así que esto es una buena señal para recordarme lo que un buena cocinera que es.


— Gracias. Estoy seguro de que va a estar delicioso.


La Sra. Porcelli recoge sus cosas y está en su camino a la puerta.


—Llegó un paquete para usted hoy. Lo puse en su habitación.


No he realizado ningún tipo de orden, que yo recuerde y no estoy esperando un paquete.


—¿Qué tipo de paquete es? —Ella sonríe cuando dice—: Creo que es algo de Paula. Tenga una buena noche señor. —Sale por la puerta antes de que pueda responder.


Como un niño en Navidad, no puedo llegar a mi habitación lo suficientemente rápido como para ver lo que Paula podría haberme enviado. Mi mente gira con todo tipo de expectativas mientras camino, o mejor dicho, mientras me lanzo por el pasillo.


La puerta de mi dormitorio está cerrada, pero no tengo tiempo de aclarar el por qué, ya que estoy ansioso por girar el pomo con la esperanza de ver una caja en mi cama. Lo que encuentro encima no encabeza las posibles expectativas que podría haber tenido.


Es mi hermosa Paula.


Ella está acostada de lado frente a mí cuando entro en mi habitación. Tiene la cabeza apoyada en la mano, el codo presionado en el colchón, sus largas piernas ligeramente flexionadas, una más que la otra. Sus oscuros cabellos cuelgan en rizos sueltos, lleva puesta una de mis camisas - desabrochada. La ha abierto lo suficiente para que pueda ver que debajo ella está desnuda e instantáneamente estoy duro.


Mi cerebro se convierte en completa y absoluta papilla, ya que toda mi sangre está bombeando directamente al órgano de mi cuerpo que pienso que es el más importante en este momento, mi polla y me vuelvo estúpido. No puedo decir nada.


Todo lo que puedo hacer es mirarla estirada sobre mi cama.


—Hola, Pedro Henry —dice ella mientras sonríe y se mueve para sentarse en la cama—. ¿Muy sorprendido?


Hay una desconexión entre mi cerebro y la boca, pero por suerte, la conexión con mis pies está trabajando. Cierro la distancia entre nosotros y ella se alza poniéndose de rodillas a mi encuentro en el centro de la cama.


Mi corazón late mientras tomo su rostro entre mis manos y la sostengo mientras beso su boca. Se siente algo nuevo, incluso después de haberlo hecho tantas veces. Soy rudo pero no tengo otra opción. No la he probado en meses y estoy en abstinencia.


Sigo sosteniendo su cara cuando me paro de besarla y presiono mi frente con la suya.


—Te he echado mucho de menos. No ha habido ni un solo minuto que no estabas en mi mente.


—Lo sé. También te he echado de menos. Quería venir hace meses, pero no podía dejar a Claudio y los chicos colgando después de que fueron muy buenos conmigo.


No sé lo que eso significa, pero no me voy a andar con rodeos.


—¿Es esto sólo una visita o has venido para que podamos comenzar nuestra vida juntos?


—Este es el comienzo de nuestro para siempre.


—Entonces, hay algo que tengo que hacer.


Tomo sus manos y tiro de ella hacia mí para deslizarla fuera de la cama. Ella está de pie frente a mí, cuando caigo en mi rodilla de la forma que ella dijo que iba a esperar que hiciera cuando le pidiera correctamente que se casara conmigo.


Tomo su mano izquierda que lleva puesto el anillo que le di hace meses. La llevo a mis labios y la beso.


—Te amo con cada fibra de mí ser. —Ella sonríe y estoy seguro de que sabe lo que vendrá después—. No quiero estar separado de ti otra vez. Deseo de corazón que te conviertes en mi esposa y seas la madre de mis hijos. ¿Quieres casarte conmigo?


—Sí. —Es una palabra. Simple. Y es todo lo que necesito.


Empujo lejos la camisa que cubre su estómago y presiono mi cara contra su desnudez.


—Te juro que te haré feliz.


—No lo dudo ni por un segundo —dice ella mientras pasa la mano por mi pelo—. No quiero esperar. Quiero ser tu esposa tan pronto como sea posible.


Beso su estómago y luego la miro desde donde estoy ahora en mis dos rodillas.


—Dios mío, estoy tan feliz de oírte decir eso. No quiero esperar, tampoco. — Ella sigue pasando los dedos por mi pelo mientras me sonríe entonces deslizo mis manos alrededor de su trasero.


—Hay algo más que no puedo esperar para hacer.


—¿Qué quieres apostar a que es la misma cosa que tengo en mi mente?


—No creo que tengamos que hacer ningún tipo de apuestas. —Coge mis manos de su culo y los utiliza para tirar de mí—. Ambos sabemos que siempre soy algo seguro, de la forma en que me quieras.


Libera el botón de mis jeans rápidamente abre la bragueta para que pueda deslizar su mano dentro. Envuelve su mano a mí alrededor y empieza deslizándola hacia arriba y hacia abajo.


—He echado de menos esto.


Ha pasado demasiado tiempo desde que estuve dentro de ella y siento que me vendré sólo con su toque en mi polla.


—Whoa, nena. Me correré en tu mano si sigues haciendo eso.


—Y tú prefieres hacerlo dentro de mí, ¿no es cierto?


—Abso-jodida-mente.


Se da la vuelta y desliza la camisa de sus hombros dejándola caer a sus pies. Da un paso atrás y su parte inferior se encuentra con mi entrepierna. Se frota contra mí y dice:
—Sé lo que quieres hacer.


Estoy a punto de estallar, pero no quiero que el primer momento de nuestro para siempre sea así. Quiero hacer el amor con ella y ver su cara mientras lo haga.


—Esta vez no —le digo mientras agarro sus caderas y la giro. —Quiero ver la cara de mi futura esposa mientras hago el amor con ella.


—Si llevara ropa interior, se habrían derretido inmediatamente. —Ella se sienta en la cama y se empuja hacia atrás antes de poner sus pies en la barandilla y extender sus rodillas ampliamente. —Ven aquí y hazme gritar hasta que todos en este lado de la ciudad conozcan tu nombre.


—Puedo hacer eso. —Levanto sus pies y engancho sus piernas sobre mis hombros. Agarro sus caderas y las levanto hasta que esté en la posición perfecta.


Me tomo un momento para olerla antes de probarla.


—No sabes cuántas veces he olido tu ropa interior mientras estábamos separados, pero nada puede sustituir esto. —Entierro mi nariz contra ella y aspiro hasta que mis pulmones se sienten como que van a explotar—. No hay sustituto para esto.


No puedo soportarlo más. Soy un hombre hambriento que muere por probarla.


Cuando lo hago, es incluso mejor de lo que recordaba. En cuestión de segundos ella retuerce sus caderas contra mi boca y gime.
—No hay sustituto para eso, tampoco.


Ella no va a durar mucho tiempo a este ritmo, pero me hace feliz saber que aún puedo hacerla llegar a su orgasmo fácilmente.


—¿Quieres que vaya más despacio para que dure más tiempo? —Ella agarra la parte posterior de mi cabeza y tira mi boca hacia abajo en su contra.


—¡No! ¿No se te ocurra parar o disminuir la velocidad. Estoy justo en el borde y estoy casi segura que moriré si no me dejas correr pronto.


Levanto mi mano en señal de que he entendido porque tengo miedo de tratar de decirle. Como sospecho, unos quince segundos más tarde, ella comienza a tensarse y a temblar. Oigo que sus gemidos y respiración aumentan, y estoy bastante seguro cuando ella tira de mi cabello que este lado de la ciudad oye gritar mi nombre.


No me atrevo a parar hasta que siento que se relaja contra mí. Es cuando sé que ella siente la euforia, pero no puedo evitarlo. Soy como un animal mientras me muevo rápidamente para que poder entrar en ella. Quería hacerle el amor, pero no puedo porque ha pasado mucho tiempo. 


Tendrá que esperar hasta la próxima vez, pero no estoy preocupado porque ya sé que no pasará mucho tiempo.


Está muy mojada mientras me deslizo fácilmente en su interior. Estoy entrando y saliendo rápido probablemente demasiado rápido, pero no puedo evitarlo. Es como si mi polla está tratando de recuperar el tiempo perdido. Siento su mano cuando me acaricia el brazo.


Pedro Henry. Detente. Tengo que decirte algo.


¿Detenerme? ¿Está bromeando? Soy como un tren rápido sin frenos.


—¿Qué es? —pregunto a medida que continúo moviéndome dentro de ella.


—No quería tener un problema para encontrar un médico aquí para quitar mi dispositivo intrauterino, así que me lo saque antes de marcharme.


—Bien —contesto, indiferente porque no estoy seguro de lo que está hablando y no me importa en este momento.


Ella me toca en el brazo de nuevo.


—Eso significa que no vamos a tener relaciones sexuales sin protección en estos momentos.


—¿Me estás diciendo que tengo que parar? —Creo que la perspectiva de ella diciendo que sí hace que me mueva aún más rápido.


—No, pero no estoy en control de la natalidad. Iba a decirte que tenía condones, pero te moviste tan rápido que no pude decírtelo antes de que estuvieras dentro de mí.


—No creo que pueda parar. Quiero decir, supongo que podría si tuviera que hacerlo pero... joder... no quiero. —Estoy tan cerca de venirme que mi polla no está ni un poco preocupada por las consecuencias de sus actos. Mi cabeza está luchando contra mi pene por el dominio, pero en este momento, el que consigue la acción está sentado en el asiento del conductor y no está dispuesto a moverse
—Nena, me detendré si quieres que lo haga, pero será mejor que te decidas rápido porque estoy cerca de mis nadadores exploten en tu vagina.


—¿Primero era un coño y ahora es una vagina?


—Será mejor que me digas lo que tengo que hacer —Aprieto a través de mis dientes. Estoy tratando de contenerme, pero es malditamente casi imposible después de pasar tanto tiempo sin ella—. Estoy a punto de hacer volar mi carga.


—Sácalo y córrete en mi estómago. —Sus palabras no son dichas demasiado pronto porque en cuanto me retiro, exploto inmediatamente por todas las partes de ella—. Oh, Paula... eso fue... jodidamente... bueno.


Cuando termino, me derrumbo al lado de ella y me acuesto de espaldas, mirando al techo. Ahora, soy el que esta con la euforia postcoital. Recupero el aliento después de un momento y tratar de alcanzar su mano para darle un beso.


—Te quiero, cariño. Te he echado mucho de menos y no puedo decir lo feliz que estoy de que hayas vuelto.


Ella se pone de nuevo de lado y tira su pierna sobre mí.


—Lo sé. Yo siento lo mismo. Es bueno estar en casa.


—Me encanta oírte decir eso. —Cojo su cara y la tirar hacia sí para darle un beso—. Ahora, vamos a empezar de nuevo con esta conversación del control de natalidad. No estoy seguro de haber entendido nada de lo que dijiste.


—¿Has oído la parte de que no estoy en ninguno?


No lo hice al principio, pero supongo que se hundió en mí después de un minuto.


—Más o menos.


—Quise retirarme el DIU antes de marcharme ya que no estaba segura de sí tendría problemas para encontrar a un médico aquí para llevarlo a cabo.


No sé nada de esas cosas.


—Hemos entrenado bien a los médicos aquí. Nosotros no somos bárbaros.


—Ya lo sé, pero nunca hablamos de cuánto tiempo pasaría antes de que quisiéramos comenzar una familia. Realmente no sé cuánto tiempo se toma para concebir después de que se retira un DIU y no quería que causara ningún problemas cuando estemos listos, por lo que me pareció la cosa más inteligente que hacer. Lo siento. Iba a hablar contigo acerca de él, pero las cosas se movieron muy rápido. Mientras te estabas proponiendo no me pareció el momento adecuado para sacar el tema, y luego tenías tu boca entre mis piernas y definitivamente no te iba a interrumpir para hablar de él. Luego te moviste tan rápido. Que pasaste de tener tu boca sobre mí, y en un segundo estar dentro de mí.


—Nena, está bien. Si eso ocurriera, entonces tendremos un bebé. Nos vamos a casar pronto de todos modos. No te preocupes por eso.


— ¿No estás enojado?


—No. Ya te he dicho lo que pienso de nosotros teniendo un bebé. Estaría feliz si hubiera sucedido hace un momento. Si no fuera así, entonces eso es más tiempo para practicar hasta que decidimos probar.


—Creo que estamos bien, porque se supone que debo comenzar mi periodo en pocos días. Me encantaría también, si sucedió, pero yo preferiría estar casada por un tiempo primero, si tengo la oportunidad.


—Estoy de acuerdo. —La hago rodar a su espalda y mantenga sus brazos sobre su cabeza mientras me coloco a horcajadas sobre sus piernas—. Porque quiero hacerte todo tipo de cosas antes de tener un bebé, señora Alfonso.


Bajo mi boca a su pecho y tomo su pezón en mi boca. Pongo mi lengua alrededor de él hasta que se endurece.


—¿Sabes que un bebé nos estaría molestando cada pocas horas con ganas de hacer esto.


—¿Te encanta la idea de eso no es así?


Lo hace, a pesar de lo que Ernesto me contó.


—¿Qué te hace pensar eso?


—No es la primera vez que has hablado de amamantar.


¿Qué?


—No recuerdo nunca haber hablado de eso.


—No lo esperaría ya que estabas borracho hasta la mierda, aunque de alguna manera recuerdas la propuesta borracha.


—Entonces, me propuse cuando estaba borracho en Las Vegas y hable acerca de tener hijos, y tu amamantándolos? —Eso es raro. Debo haber estado más borracho de lo que creía.


—Sí, me dijiste que no podías esperar a verme amamantando a nuestros hijos.


Estoy seguro de que va a añadirlo a mi lista de comportamientos raros.


—No recuerdo haber dicho eso, pero es la verdad. Has activado algo en mí que pensé que nunca sentiría o desearía. Todo en lo que puedo pensar es en hacerte mía y formar una familia.


—Eso es porque eres un hombre de las cavernas —dice riendo—. Tienes el deseo de procrear, y estoy conforme, pero tienes que casarte conmigo primero.


Ningún argumento aquí.


—Sólo dime cuándo y dónde y ahí estaré. Mamá estará encantada de ayudarte a planear todo. Ella, Chloe, y Emma probablemente planearan todo si tú las dejas.


—Nadie de mi familia va a venir, así que no necesito una gran boda, a menos que sea lo que quieres.


Me pone triste cada vez que menciona que su familia no vendrá.


—Sólo te quiero a ti. No necesito nada más, pero ¿por qué no vamos a Sydney para poder empezar a hacer planes ya que no queremos esperar mucho tiempo? ¿Jueves suena bien? Haremos un fin de semana largo de ello.


—Sí. Eso suena bien. No puedo esperar para verlos a todos.


—¿Te importaría mucho si no le digo a mi familia que estás aquí? Me gustaría darles una sorpresa. Si mamá sabe que estás conmigo, estará de camino aquí en una hora, y me gustaría tenerte para mí por un poco de tiempo antes de que desciendan los buitres.


—Estoy perfectamente bien con un poco de tiempo a solas.


La hago rodar a su espalda.


—¿Puedo practicar a ser tu marido?







1 comentario: