jueves, 2 de junio de 2016

CAPITULO 131




Seis semanas listas. Seis semanas que quedan. Y apesta. 


Mucho.


La vida en la carretera no es lo que había imaginado que seria. No era inocente.


Sabía que viajar todo el tiempo sería brutal, pero imaginé que el amor de los fans compensaría todo lo malo. No me malinterpreten, son geniales, pero el hogar no es un bus de gira o un hotel distinto cada noche. Esta vida no es para mí.


Quizás no me sentiría de esta manera si no supiera que el amor de mi vida estaba esperando para que fuera a él. Pero lo sé, y me está haciendo miserable. Se pone peor cada día y siento que podría estar cayendo en alguna especie de depresión.


Hablamos cada día sin falta, y a veces hacemos algunas travesuras por el video chat, pero no hace que estar separados sea más fácil. Me aterroriza que él vaya a cansarse de lo que estamos haciendo y decida que no quiera continuar con nuestra relación a larga distancia porque necesita algo tangible y yo no puedo ser eso desde tan lejos. Parece estar bien con cómo están las cosas, por ahora. Sé que eso no durará para siempre, pero no necesito que dure mucho más.



Sólo necesito seis semanas más –cuarenta y dos días más—y podremos estar juntos para siempre.



***


Siete semanas listas. Cinco semanas que quedan. Y aún apesta.


Cinco shows a la semana, una ciudad diferente cada noche. 


Estoy agotada y odio lo que estoy haciendo, pero es un compromiso que accedí a cumplir. Quiero ser una rata y alejarme de la banda, pero no puedo porque no es quién soy. Amo a estos chicos y quiero verlos tener éxito. Si me voy sin un reemplazo podría arruinarlos. No lo haré en tanto que Pedro Henry acepte esperar por mí. Si dice que está cansado antes de que pueda ir a él, esto se acabó para mí. 


No sacrificaré a nosotros ni a nuestro amor por Southern Ophelia o nada más.



***


Ocho semanas listas. Cuatro que quedan. Aun apestando.


Me preocupa Pedro Henry y yo. No llamó anoche. 


Cuando finalmente lo encontré esta mañana, dijo que hubo un problema en Chalice y que tuvo que ir de inmediato. Pero podría haber llamado durante el viaje.


Es Adriana. Sigue haciéndose presente en su vida y ese es un problema para mí porque no estoy allí para saber lo que sucede. Le permitió ser la razón para que no habláramos, y eso me molesta.


Odio esto.



***


Nueve semanas listas. Tres semanas que quedan. Y es peor esta semana.


Perdí la llamada de anoche de Pedro Henry. Estaba tan agotada que me dormí sin esperar su llamada y no me levanté cuando trató de encontrarme. Sus palabras fueron frías esta mañana cuando finalmente hablamos. Me preguntó que estuve haciendo anoche, como si sospechara que no hubiera sido nada bueno.


Esto no está funcionando y comienzo a creer que nuestro futuro caerá si no voy a él pronto.



***


Diez semanas listas. Dos que quedan. Y hoy es el peor día de todos.


Catorce días. Puedo aguantar porque sé que hay luz al final del túnel, pero Pedro Henry no. Puedo sentir que está llegando al final de esta cuerda. Quiero alejarme de esto ahora, pero me recuerdo que puedo hacerlo pronto y manteniendo mi palabra.


Puedo hacer esto. Sólo tengo que seguir repitiéndomelo una y otra vez.



***


Once semanas lista. Una semana más. Lo conseguiré y estaremos bien.


No puedo esperar a hablar con Pedro Henry esta noche. Él no lo sabe, pero estaré en sus brazos en siete días. No puedo esperar a ver su cara cuando se dé cuenta de que estoy en casa. Para siempre.


Acabo de terminar un show, pero pensar en estar con él en una semana me excita así que creo que será una noche de video en vez de una llamada. Le envío un mensaje para decirle que me conectaré en diez minutos y que más vale que esté listo para mí.


Cuando nos conectamos, veo que está en su oficina, el lugar que se ha convertido en nuestra sala de juegos sexuales dado que generalmente para él es de mañana cuando hablamos.


—Espero que tengas esa puerta bien cerrada, porque me siento especialmente traviesa.


—Nena, tengo que hablar contigo sobre algo serio.


¡Mierda! No me gusta cómo suena eso.


—¿Qué está mal? —Algo ha pasado. No sé qué es, pero mi mente gira con imágenes de él encontrando otra mujer o diciéndome que hemos terminado porque ya no puede hacer esto—. Me estás asustando.


—Algo pasó anoche.


—¿Qué? —Por favor, no lo dejes decirme que se tropezó y cayó en la cama con alguien más. Mi corazón está acelerado en mi garganta y de repente siento nauseas. Me aterroriza el destino de esta conversación.


—Adriana estuvo en la casa de nuevo.


Oh, demonios, no.


—¡Estás bromeando!


—Desearía que sí. Llegué del trabajo ayer a la noche y cené solo como siempre. Me tomé un par de cervezas mientras miraba TV y fui a ducharme antes de ir a la cama.


Hay un motivo por el que está comenzando la historia desde este punto.


—No me gustará hacia dónde va esto, ¿no?


—Demonios, no —Hace una pausa breve antes de agregar. —Se metió en la ducha conmigo.


Mi pulso golpea tan fuerte que siento como sacude todo mi cuerpo pero especialmente mi cara.


—¡Esa perra! Voy a matarla. —Y en ese momento mi mente comienza a sacar conclusiones, como lo difícil que sería para él rechazar a una mujer desnuda en su ducha cuando está totalmente duro por casi tres meses sin sexo—. ¿Cogiste con ella?


—Diablos, ¡no! No puedo creer que acabas de preguntarme eso.


Veo por su expresión que lo he lastimado.


—Lo siento. Sólo pensaba en lo mucho que ha pasado desde que estuvimos juntos, y sé que debes estar muy frustrado.


—No me importa cuánto ha pasado. Mis bolas nunca estarán lo suficientemente azules como para querer algo de ella.


—¿Qué le dijiste?


—Que nunca estaría con ella de nuevo porque te amaba y nos íbamos a casar. Sé que no me has dado una respuesta, pero mi corazón me dice que vas a venir y nos casaremos cuando lo hagas.


No se ha rendido con nosotros. Ni conmigo. Pero ya no tengo alternativa. Es hora de que lleve mi trasero hacia allá y este con mi hombre antes de que lo deje escapar. Once semanas listas. Queda una. Pero me cansé de esta mierda. 


¡Adiós!







No hay comentarios:

Publicar un comentario