miércoles, 18 de mayo de 2016

CAPITULO 81




Me siento del lado del pasajero del SUV de mi hermano. Me echa un vistazo y sacude la cabeza mientras comienza a reír.


―Te ves como la mierda.


Justo lo que necesitaba oír.


―Vete a la mierda.


Me mira.


―¿Qué demonios has estado haciendo?


Miro por la ventana.


―No quiero hablar sobre eso.


―Bueno, entonces, ¿por qué me llamas para que venga a buscarte a esta hora de la noche si no quieres hablar? No es como si no tuvieras a Daniel en la nómina para llevar tu borracho culo a casa.


Estoy empezando a lamentar haberlo llamado. No sé en qué estaba pensando.


―Tal vez debería haberlo hecho.


―Síp, eso es correcto. Tal vez deberías haberlo hecho. ―Él sale a la calle en dirección a mi apartamento―. ¿Cuándo has vuelto a la ciudad?


―Hoy.


―Mamá se está volviendo loca intentando encontrarte. Se muere por saber qué pasó con Paula. ―No respondo mientras continúo mirando por la ventana―. De eso se trata todo esto, ¿no es así? Le pediste que se quedara y ella dijo que no.


―Estás equivocado.


―Entonces, ¿qué pasó?


Es doloroso decirlo.


―Ella se fue sin decirme adiós.


―¡Mierda! Esa perra es fría.


―¡No la llames así! ―le advierto a mi hermano―. No sabes nada de lo que pasó.


―¿Qué más da si ella se esfumo sin decir siquiera besa mi culo?


―Síp, sí que importa. Hace toda la diferencia del mundo. Hemos tenido una relación complicada coronada con un malentendido estúpido.


―¿Qué tan complicado puede ser? Estuvo aquí durante tres meses. Pasaste el rato, te la pasaste muy bien, y ella se fue a casa.


No puedo creer que esté a punto de decirle la verdad. Tal vez sea porque estoy borracho. No lo sé.


―Era mucho más que eso. Teníamos un acuerdo. Ella no sabía mi nombre real. Yo no sabía el suyo. Se suponía que iba a ser mi acompañante durante tres meses hasta que se fuera a casa. Insistí, y ella estuvo de acuerdo, nunca tendríamos contacto nuevamente una vez que ella se hubiera ido. Pero las cosas no fueron según el plan. Descubrí su primer nombre. Se enteró de mi nombre completo. Me dijo que me amaba, pero fui demasiado terco para escucharla porque soy un maldito idiota. No podía decirme adiós y yo la dejé escapar sin decirle cómo me siento.


―Bueno, encuéntrala y se lo dices.


Él piensa que es así de fácil.


―Eso es algo difícil de hacer cuando no sabes el nombre de la persona a la que estás buscando.


―Hermano, esto es un desastre. ¿Por qué hiciste eso?


Ernesto no concibe como es mi vida. Él se alejó de los viñedos y eligió una vida simple con un trabajo de nueve a cinco así podría tener a Emma.


―Porque a las mujeres les encantan los hombres ricos. Y me cansé de ser utilizado. He estado haciendo esto durante años y siempre ha funcionado muy bien. Hasta Paula.


―Entonces, ¿ella no sabía quién eras o que tenías una montaña de dinero?


―No hasta que la traje a casa conmigo después de que papá se enfermó.


―Mamá va a estar tan cabreada. Ella ya estaba planeando tu boda y poniéndole nombre a tus hijos.


No tenía que recordármelo.


―Lo sé. Se enamoró de Paula tanto como yo lo hice.


―Así lo hicieron mi esposa y mis hijas. Celia sigue hablando de ella. Mila lo haría probablemente si pudiera.


No puedo creer que esté a punto de pedirle esto.


―¿Cómo supiste que Emma era la indicada?


Él titubea y me pregunto si me lo va a contar. No puedo decir que lo culparía si se niega.


―No puedes utilizar nada de lo que te diga en mi contra. Lo digo en serio. Nada de tirarme esta mierda en la cara más adelante porque pienses que es divertido.


―No, hombre. Te doy mi palabra.


―Nosotros habíamos salido durante varios meses, pero habíamos roto por algo estúpido. Yo la vi con otro tipo. No sé cómo describir cómo me sentí. Herido. Enfermo. Cabreado. Desesperado. Y eso es sólo la lista corta. Todo lo que él había hecho fue mirarla y yo quise estrangularlo con mis propias manos hasta sacarle las tripas.


Pienso en cómo había estado enloquecido de celos en los últimos tres meses.


Quería moler a golpes a Benjamin Donavon, al swinger Chris y a Fernando Phillips.


―Síp, eso suena más que un poco familiar.


Pedro, no siempre sabes el verdadero valor del amor de una mujer hasta que se convierte en un recuerdo. ―Eso es algo muy profundo viniendo de mi pequeño hermano―. Nada habla más alto que tu corazón. Escucha lo que te está diciendo. No me necesitas para decirte cómo vas a saber si es la indicada.


―Mi corazón no me dice nada. Está gritando de desesperación por encontrar a Paula y decirle lo mucho que la amo.


―Hermano, eres un hijo de puta forrado en billetes. Llama a los sabuesos y ve a buscar a tu chica. Puede ser encontrada por la cantidad correcta de dinero.


Ernesto está en lo correcto. Paula puede ser localizada por un precio, y justo conozco al hombre para el trabajo.


Es tarde, pero no me importa. Tomo mi teléfono y marco el familiar número.


―Investigaciones Callaghan.


―Jim, es Pedro Alfonso. Tengo un trabajo para ti, y es uno grande. Te necesito para encontrar a alguien en los Estados Unidos. ¿Tienes un pasaporte vigente?







No hay comentarios:

Publicar un comentario