domingo, 15 de mayo de 2016
CAPITULO 70
Dos semanas después
Me despierto a las cuatro de la mañana con letras atravesando mi cabeza. Casi salgo de la cama para ir al piano, pero no lo hago. No puedo soportar la idea de perder un minuto de dormir junto a Pedro Henry.
Después de que él se ha ido a trabajar, me apresuro hacia el piano para tocar la canción que bailó en mi cabeza toda la mañana y lucho por recordar las palabras exactas que estaba segura de que no podía olvidar.
Anoto las letras que cuentan mi historia: cómo me pregunto quién tomará mi lugar después de que me haya ido y cómo estoy secretamente desesperada de que me pida quedarme porque lo amo tanto. Me esfuerzo porque mi mano no es lo
suficientemente rápida para escribir las letras a medida que fluyen de mi cabeza.
Pongo las palabras en música y las canto en voz alta, ajustando la melodía para que suene mejor. Elevo la clave para poner a prueba el tono del coro.
Mientras canto, tengo esa sensación que tienes cuando estás siendo observado.
Dado que la Sra. Porcelli a menudo me escucha tocar, miro hacia la puerta esperando verla, pero no es ella. Es Margarita Alfonso.
Mi corazón salta en mi garganta. Inmediatamente pienso que algo terrible le ha sucedido a Henry y ella ve el miedo en mis ojos.
—No pasa nada malo, Paula.
Llevo la mano a mi pecho, como si quisiera calmar mi errático corazón. Me levanto del piano y ella me encuentra a mitad de camino para un abrazo.
—Pedro Henry está afuera en el viñedo. ¿Debería llamarlo?
—No. No vine a verlo a él.
Estoy confundida por esto y hago señas hacia el sofá.
—Venga a sentarse conmigo. ¿Le apetece un café?
—No. Estoy bien, gracias. —Se sienta en el sofá y yo me siento en el borde de la silla frente a ella. Parece el lugar apropiado para que esté, en el borde de mi asiento, porque estoy muriendo por saber lo que la ha traído a Avalon.
—Lo siento. Habría llamado, pero no tenía manera alguna de conseguir tu número a menos que le preguntara a Pedro Henry, y no quiero que sepa estoy aquí para verte.
Ésta es una noticia que no esperaba.
—¿Está aquí para verme?
—Sí, Paula. Sé que sólo estarás aquí por dos semanas más, y tengo algo que quiero decirte.
Agarro el cojín de la silla para sujetarme, así mi trasero no caerá al suelo.
—Está bien.
—Conozco muy bien a mi hijo, y Pedro Henry te ama. Lo veo en sus ojos cada vez que te mira. —¿Es amor lo que vio o era la fachada?—. Él no te habría llevado a conocernos o a nuestro hogar si no lo hiciera. Confía en mí. Eso no es algo que haga a la ligera.
Ella está sonriendo.
—Así que ahora, voy a ser una madre muy atrevida y entrometida. ¿Amas a mi hijo?
Vaya. Soy tomada por sorpresa por su pregunta, pero sé la respuesta sin pensarlo.
Debería ser precavida y poco dispuesta a confesarlo tan fácilmente, pero todo lo que quiero es gritarlo desde la azotea.
—Sí. Amo mucho a Pedro Henry.
Ella sonríe todavía más ampliamente y acaricia el cojín a su lado.
—Ven a sentarte a mi lado.
Me levanto de la silla y hago lo que me pide. Ella me enfrenta y toma mis manos.
—Créeme, él va a ser un imbécil testarudo cuando sea hora de que te vayas en un par de semanas. No va a querer arriesgar su corazón y pedirte que te quedes, pero se sentirá mal consigo mismo si te deja ir. Porque lo amas, tienes que pasar el resto de su tiempo juntos mostrándole por qué debería pedirte que te quedes.
Caray. No estoy segura, pero creo que Margarita Alfonso me está aconsejando que tenga relaciones con su hijo. ¿Acaso piensa que ya no he estado haciendo eso?
¿Cómo la hago entender nuestro acuerdo sin contárselo?
—Sabíamos que sólo estaríamos juntos por tres meses, así que acordamos desde el principio que nuestra relación no se volvería seria. No creo que él haya cambiado de opinión acerca de eso.
Ella aprieta mis manos.
—Cariño, no importa lo que acordaron. Si se aman, eso lo cambia todo. Confía en mí. Nada más importa. Y echar algunos polvos para hacerlo cambiar de opinión nunca está de más, tampoco.
Sip. Eso es exactamente lo que yo pensaba que estaba sugiriendo.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario