Este lugar es distinto al auditorio donde tocaron anoche. Se ve como un teatro antiguo, con los asientos en forma de herradura y un piso abierto para estar de pie en frente del escenario. La multitud allí crece rápido, así que elijo un asiento en la primera fila cercana al escenario para poder ver sin pelear con la multitud.
Es hora de que comience el show y me sorprende la congestión de gente reunida para escuchar a Southern Ophelia. Esta gente está esperando para oír cantar a mi chica, y me abruma lo rápido que ha alcanzado la cima. No va a convertirse en estrella, ya es una.
No estoy seguro donde me deja esto en su vida. Estoy seguro de que debe haber sido muchísimo más fácil amarme y jugar con la idea de quedarse en Australia cuando no tenía nada esperando por ella en casa, pero ese no es el caso ahora.
Tiene todo esto, una banda con gente dependiendo de ella y una carrera con admiradores.
Miro la multitud mientras Paula y sus compañeros de banda actúan, y algunas veces se me hace muy claro: ésta es solo una pequeña porción de la fama en su futuro, y me asusta como el infierno. Estoy aterrorizado de que ame el brillo y el
glamour de esta vida y lo elija sobre mí. Quiero que Paula tenga cada pedazo de éxito que se merece porque la amo, pero no a expensas de nuestra vida juntos.
Eso es por lo que debo usar el próximo mes para mostrarle las razones por las que debería escogernos antes que a esta vida. Si me hace un bastardo egoísta, que lo haga. Puedo vivir con eso siempre y cuando ella esté conmigo y no nueve mil millas más lejos.
Parece que Claudio se ha alejado de Paula esta noche. No la está cogiendo con los ojos mientras cantan, así que supongo que recibió el mensaje. No puedo culparlo por tratar. Ella es un tremendo partido.
Cuando terminan de tocar la que creo que es la última canción, el idiota deja el escenario y Paula se sienta en un banco bajo un cenital. Giña en mi dirección mientras toca unos acordes en su Martin y se inclina al micrófono.
—Escribí esta canción durante un momento extremadamente oscuro en mi vida.
Recién me separaba del hombre que amaba y pensé que nunca nos veríamos de nuevo. Es sobre las cosas que le diría si alguna vez volvía a mí. Bueno, finalmente lo hizo, y esta canción es para él. Se llama “Amada por ti.”
Éramos completos extraños
Unidos por la mano del destino.
Fuiste un viento fuerte
Volándome en la arena.
Me acercaste a ti
De la seguridad de la costa
Y lo que creí que quería
Se hizo mucho más
Ahora sólo quiero que me quieras
Y sólo quiero que me necesites
Mi corazón ruega ser amado por ti.
En las aguas más turbulentas
Me ahogué alegre en ti
Y en la calma de la tormenta
Mi amor por ti creció.
Pero ahora estás eligiendo
Dejarme ir
Y se hace más difícil cada día
No dejar mostrar el dolor.
Porque sólo quiero que me quieras
Y sólo quiero que me necesites
Mi corazón ruega ser amado por ti.
Mi corazón cuenta
Lentamente los días
Cada uno acercándonos más
A nuestros caminos distintos.
Y me preocupo
Sobre cómo seguiré adelante
Cuando eres la razón
Detrás de cada canción.
Porque sólo quiero que me quieras.
Y sólo quiero que me necesites.
Mi corazón ruega ser amado por ti.
—Amigo, ¿ella acaba de mandarte ese beso a ti?
Me he sentado al lado de este chico todo el espectáculo sin siquiera mirarlo hasta ahora.
—Sí, lo hizo. Y ahora me voy a ir a buscar uno de verdad.
Veo la sorpresa en sus ojos y refuerza para mí la gran estrella que ven, cuando miran a Paula.
—Vaya. ¿La cantante de Southern Ophelia es tu novia? Eso debe ser fantástico.
Novia no se siente como la palabra correcta para lo que ella es para mí.
—Es mucho más que mi novia.
—Genial. Dile que fue un espectáculo impresionante.
Camino hacia el lugar donde ella me dijo que nos encontraríamos después y está allí, esperando como prometió. La acerco y beso el costado de su cara.
—Bebé, sigues impresionándome.
—¿Te gustó?
Supongo que quiere decir la canción que cantó para mí.
—¿Gustar? Infiernos... me encantó.
—Sabes que la escribí acerca de ti. Quise decir cada palabra.
—Lo sé. Y eso es lo que siento por ti. Volvamos a la habitación, así puedo mostrarle cuánto.
Hace una mueca que me dice que es un no.
—La banda siempre se reúne después de cada actuación para discutir cualquier novedad de la gira. Tengo que ir a la habitación de Claudio. Nunca dura más de quince minutos como máximo. ¿Quieres venir conmigo? Quiero que conozcas a los chicos.
Joder, no, no quiero ir a la habitación de Claudio, pero aún más, no quiero que Paula vaya sin mí.
—Claro, si eso es lo que quieres.
Creo que siento mi nivel de testosterona subir mientras me acerco al cuarto donde me reuniré con los sujetos a los que Paula ha estado cerca los últimos tres meses. Sabiendo que uno de ellos tiene una cosa por ella, no hace mucho para calmar mis tendencias instintivas de hombre de las cavernas, de asegurarme de que sabe que es mía y no para que él la tome.
Paula se detiene antes de entrar y coloca sus manos a cada lado de mi cara.
—Estás tenso, pero no debes estarlo. Estos chicos son como hermanos para mí.
Creo que se olvida que tengo una hermana y yo nunca he considerado besarla como la que vi anoche.
—Sólo hay uno de ellos que me pone tenso, y él es el que vi besándote.
Pasa sus manos por mis mejillas hasta que están en mi mandíbula. Acaricia con los dedos por encima de mi pequeña barba.
—Tienes que dejarlo ir.
Más fácil decirlo que hacerlo.
—Nos llevaremos bien, siempre y cuando retroceda.
—Ya lo ha hecho, así que no debería de haber ningún problema. ¿Cierto?
Utiliza sus manos para girarme la cabeza de lado a lado involuntariamente.
—Di, “No, Paula. No va a haber ningún problema con Claudio”. —No, Paula. No va a haber ningún problema con Claudio. —Saca las manos de mi cara y yo añado—: Mientras mantenga sus manos lejos de ti.
Pone los ojos en blanco y sacude la cabeza.
—Vamos. Vamos a terminar con esto, para que puedas ver que no hay ninguna amenaza.
Los miembros de la banda están sentados alrededor hablando cuando entramos en la habitación de Claudio, pero todos ellos nos prestan atención cuando ven que estoy con Paula.
—Hola a todos. Este es Pedro, y quería traerlo para que se conozcan, ya que vamos a verlo mucho por aquí durante las próximas semanas.
Su manager, Randy, es el primero en presentarse. A continuación, PJ y Ryan.
Claudio se queda atrás para lo último. Al principio creo que es porque me está midiendo, pero entonces él está en sus pies para ofrecerme su mano y no siento ningún tipo de confrontación.
—Paula me ha hablado mucho de ti, así que es bueno conocerte al fin.
Si yo tenía en mi mente ser un pendejo, podría interpretar sus palabras en código por otra cosa, como que tal vez Paula le dijo mucho sobre mí, significa que ella confió en él, o tal vez él está señalando que es, finalmente, un placer conocerme porque no he estado alrededor. No creo que nada de esto sea el caso.
Me mira a los ojos, de hombre a hombre, y no me da una mala sensación en absoluto.
—Encantado de conocerte, también amigo.
—Nuestra chica lo hizo bien esta noche, ¿verdad?
Sorpresa, eso es lo que siento por no estar ni un poco ofendido al oír a Claudio referirse a Paula como nuestra chica, como si fuese parcialmente suya. Me habría molestado un montón si alguna vez hubiese escuchado a Benjamin llamarla suya.
—Sí. Es bastante sorprendente.
El tiempo se nos escapa y terminamos pasando mucho más tiempo que los quince minutos. No me importa porque todos, sorprendentemente, resultan ser muy buenos. Yo esperaba estar ansioso por salir de allí, pero termina siendo Paula
la que me persuade de irnos, porque es tarde y está cansada.
No es hasta que nos fuimos que me doy cuenta de que la habitación de Paula, nuestra habitación, está al lado. He estado bien con todo lo demás, pero no me gusta esto.
Desliza la tarjeta de acceso y luego la saca hasta que aparece la luz verde de acceso.
—Esta es la última vez que nos quedamos al lado de ninguno de ellos.
Estamos entrando en la habitación cuando dice:
—Siempre nos agrupan. ¿Por qué es un problema, siempre y cuando no estamos compartiendo?
La puerta se cierra y la pongo sobre mi hombro para llevarla a la cama. La arrojo en broma sobre su espalda.
—Debido a que no follamos suave y silenciosamente. Follamos duro y fuerte.
—¿Y no quieres que me avergüence porque ellos nos escuchen?
La vergüenza no era lo que tenía en mente.
—Pongámoslo de esta manera: no estoy muy interesado en que alguno de ellos se masturbe con el sonido de nosotros follando en la habitación de al lado.
Ella arruga su nariz.
—Eww.
—Exactamente. Si escuchan algunos de los sonidos que haces, no hay esperanza de que alguna vez te miren de nuevo sin visualizar lo que estabas haciendo mientras hacías ese ruido. Confía en mí cuando digo que es mejor si esta es la última vez que estamos tan cerca.
Mientras me saco la camisa de mis pantalones y con mi mano abro el botón superior, Paula se apresura sobre su bolso en la cama.
—Espera. Tengo una idea. —Lo abre y saca su teléfono—. Y necesitamos el tipo de música correcto. —Una canción comienza a sonar y sonríe diabólicamente mientras dice—: “Addicted” de Saving Abel es perfecto para lo que vas a hacer por mí.
—¿Y qué voy a hacer por ti?
Se escabulle a la cabecera de la cama y se sienta.
—Vas a hacer un striptease para mí mientras miro.
Hacer un striptease sería una cosa nueva para nosotros.
—¿Lo voy a hacer?
—Sí... lo harás. Lo he hecho para ti cada vez que me lo has pedido, y numerosas ocasiones en las que no lo hiciste. Ahora, te lo estoy pidiendo, y lo vas a hacer.
Estoy bastante seguro de que es mejor no decir que no, si quiero volver a verla bailar otra vez, así que me empiezo a mover con la música, mientras me desabrocho la camisa.
—Es mejor que tengas preparados unos billetes para mí, cariño.
Ayyyyyyyyyyyy, qué lindos, son puro amor!!!!!!!!!
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