miércoles, 27 de abril de 2016
CAPITULO 14
Durante nuestra ola de día compras, Aldana y yo visitamos una tienda de lencería en la plaza de boutiques cerca del apartamento de Benja. Ellos lo tienen todo, desde lo más travieso hasta lo lindo, incluyendo una gran variedad de juguetes sexuales.
Aldana no podría estar más feliz mientras admira un sujetador Santa temático con bragas a juego y un liguero completo de bastones caramelo en rojo y blanco de rayas hasta el muslo-alto.
Está parada frente a un espejo y lo sostiene hacia ella.
—Maldición, Zac tendría una muy feliz navidad si llevara esto.
—Hablando de navidad, ¿cuáles son los planes? ¿Estamos cocinando en el apartamento?
Ella se tuerce, así que no puedo verle el rostro y es mi primera pista de que algo no va bien.
—Umm, sobre eso.
Ahí está mi segunda pista. Cuando tartamudea y se para, nunca es bueno.
—¿Qué significa “umm“ exactamente?
Ella tenía esta mirada de por favor no te enojes en el rostro.
Así que, ¿qué hago?
Me enojo.
—No te asustes, pero Zac quiere llevarme a casa con él para navidad para así conocer a su familia.
La peor. Amiga. En el mundo.
—¡Aldana! No me vas a dejar sola con Benjamin. Tú sabes cómo ha estado conmigo desde que conocí a Alfonso.
—Yo no te dejaría sola con él. Ustedes dos están invitados a la casa de Zac.
No jodas.
—Tú y Benja pueden ir sin mí. Prefiero pasar la navidad sola que estar incomoda alrededor de un grupo de gente que no conozco. —Ella sabe que odio sentir que me estoy imponiendo. No puedo creer que ella me haya pedido hacer esto.
—¿No crees que Alfonso te invitara a casa con él? —Esta es la manera de Aldana de tratar de sentirse mejor acerca de plantarme.
Eso sería negativo.
—Definitivamente no. Nos acabamos de conocer.
Ella pone las manos en sus caderas como si la hubiera ofendido.
—¿Por qué lo dices así?
Quizás porque ni siquiera sé su nombre real; ésa sería mi primera razón.
—No nos conocemos lo suficiente como para pasar las fiestas juntos.
—No he conocido a Zac mucho más tiempo de lo que tú has conocido a Alfonso.
Tal vez no, pero ella lo había estado arrimando desde el día que llegamos. Bien, fue desde el día tres.
—Tú y Zac son diferentes. Ustedes han pasado cada minuto juntos desde que llegamos. Yo solo he estado con Leonel en un par de citas. Se trata de manzanas y naranjas.
Ella sostenía la sexy Santa lencería para mí.
—Usa esto para él y te garantizo que obtendrás una invitación para pasar las fiestas en la casa de su familia. Tal vez incluso una propuesta de matrimonio.
Me han llegado todas las propuestas que necesito del Sr. Alfonso Henry. Todavía estoy debatiendo la única recurrente en la tabla.
—No estoy buscando obtener una invitación para la casa de su familia. O una propuesta de matrimonio. —Tomo el peludo blanco y rojo liguero y lo admiro en el espejo—. Él me ha pedido que pase los próximos días con él. Y noches. Tal vez
necesito esto. ¿Qué piensas?
—No me dijiste que estarías quedándote con él. Eso sueno más serio que un par de citas.
Me cuelgo el conjunto de Santa y tiro de un pícaro set de elfo del estante.
—No lo sé. Él preguntó, pero aún no me he decidido. —Ésa es otra mentira. Sé que voy a quedarme con él, pero no quiero sonar como una puta. Así que finjo que no estoy segura. Y pretendo como que yo no sé si voy a comprar lencería.
Pero eso también es otra mentira.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Me tiene intrigada y fascinada esta historia jajajaja.
ResponderEliminar