viernes, 24 de junio de 2016
CAPITULO 201
Limpiamos la mesa de la cena y Pedro Henry me dice que tiene que ir a su oficina y hacer un par de llamadas de negocios; no podría ser más perfecto. Eso me dará tiempo para ocuparme de las cosas que tengo que hacer para mi sorpresa especial.
―No hay problema. Estaba pensando en leer de todos modos. ―Otra mentira, pero una que no le importará.
Entro en nuestra habitación y miro a través de mi ropa de baile de tubo. He acumulado un buen número desde que estamos juntos, pero no he usado uno en meses. No estoy muy segura de que encontraré una que me sirva todavía.
Ninguno de mis trajes de una sola pieza funcionarán —no encajarán en mi vientre— así que elijo uno de vaquera de dos piezas. Puedo usar mis botas, así que es la opción obvia.
No tengo la intención de intentar que me folle con los tacones puestos. Mi equilibrio ha sido tan malo en el último mes, de seguro me caería.
Me preparo en el baño y escucho a Pedro Henry antes de furtivamente bajar por el pasillo hacia el gimnasio. Me siento segura cuando estoy ahí porque es el último lugar en el que vendrá a buscarme.
Programo la música “Anemone” de The Brian Jonestown Massacre, y luego las luces antes de colocar su silla adelante y en el centro. Pongo una almohada debajo de ella a mi alcance —estoy segura de que preguntará para qué sirve— pero una mujer embarazada no tolera estar de rodillas por mucho tiempo sin cierta amortiguación.
Cuando todo está en su lugar, le envío un mensaje de texto para ver si ha terminado de hacer sus llamadas. Confirma que sí, así que le digo que venga al gimnasio. Estoy segura de que estará preguntándose qué estoy haciendo, pero no tendrá tiempo para discutirlo. Justo la manera en la que quiero.
Cuando entra en el gimnasio, el bajo oscuro golpea en la habitación oscurecida. La única iluminación es la luz del escenario, dirigida hacia mí. Le hago un gesto para que venga aquí y cruza la habitación, pasando su silla. Está sacudiendo su cabeza y parece que quiere arrastrar mi culo fuera del escenario y azotarlo de verdad.
—No, P.
—No voy a hacer ninguna subida alta, bajadas, o invertidas, absolutamente nada que me lastime a mí o al bebé. Sólo quiero bailar para ti. Mis pies no se levantarán más de sesenta centímetros fuera de este escenario, así que deja caer tu dulce culo en esa silla y disfruta del espectáculo, hombre de las cavernas. —Entonces se me pasa por la cabeza. Quizás esto no es del todo atractivo para él—. A menos que mate tu deseo el verme bailar con este vientre de embarazada.
—Nena, nada de lo que haces mata mi deseo. Respiras y estoy excitado. —Se echa para atrás y se sienta en su silla—. Mejor que esto sea bueno. Sólo tengo billetes grandes en mi billetera.
Su humor ha regresado, así sé que está de acuerdo con esto, siempre y cuando lo mantenga tranquilo.
Empiezo echándome hacia atrás contra el poste, por lo que está en el centro de mi espalda.
Lo alcanzó por encima de mi cabeza, sosteniéndolo mientras doblo mis rodillas, deslizándome lentamente. Cuando estoy a la mitad del camino hacia abajo, empujo mis rodillas separándolas y deslizo una de mis manos por mi muslo y luego hacaa atrás otra vez. Me las arreglo para pararme y girar para enfrentar al poste. Mi mano sujeta firmemente y salgo, haciendo un giro alrededor; no es nada especial, y mis pies no dejan el suelo, así es más seguro.
Estoy usando botas para no poder usar mis pies para subir si quería, pero soy buena usando la parte interna de mis muslos para ascender. Los aprieto alrededor del poste y uso la fuerza de la parte superior de mi cuerpo para levantarme a mí misma —no más que un par de centímetros, como prometí— y moverme en espiral a dos manos. Es probablemente uno de los movimientos más fáciles en mi libro, definitivamente un nivel de principiante, pero probablemente luce como si estuviera haciendo más de lo que en realidad soy, así que regreso mis pies al suelo antes de que me regañe.
Decido no hacer ninguna subida más, sólo dar giros básicos y movimientos de baile erótico para que no se asuste. Eso no sería sexy.
Serpenteo mi cuerpo alrededor del poste por última vez mientras la canción termina y decido que estoy terminando con esto. He esperado el tiempo suficiente. Está caliente, estoy caliente, así que vamos a hacer esta cosa. Camino provocativamente hacia él al ritmo de la siguiente canción, “I’ve Got to See You Again” de Norah Jones. Lenta y seductora, justo la manera en que lo quiero.
Agarra mis caderas y las aprieta antes de deslizar sus manos hacia abajo por mis piernas y luego hasta la parte de arriba detrás de mis muslos, debajo de la tela que cubre mi trasero.
—Eso fue caliente, nena. —Se inclina y besa mi vientre al descubierto.
Paso mis dedos por la parte de atrás de su cabello y me doy cuenta de que es tiempo de que se corte el cabello. Coloco mi nariz contra él y respiro profundamente. Sudor y cuero; suena como repugnante, pero es completamente lo contrario. Es una prueba de que mi hombre ha trabajado duro hoy para nuestra familia.
—Me alegro de que disfrutarás del espectáculo.
Se inclina hacia atrás y subo a su regazo, a horcajadas sobre él. Agarro su cara y lo beso con más pasión que lo que he hecho en semanas. He estado demasiado asustada el último par de meses, con miedo de dejarme llevar, pero no ahora. Conseguiré tener diversión esta noche, no tanto como me gustaría, pero tomaré lo que pueda conseguir.
Sonríe cuando lo suelto.
—Alguien está juguetona esta noche.
No tiene ni idea.
Saco la parte de arriba por encima de mi cabeza y lo tiro al suelo.
—Quiero tu boca sobre mí. —Está sorprendido, puedo verlo en su cara pero no me cuestiona, mientras se inclina hacia delante para tomar mi pecho en su boca. OhmiDios, la sensibilidad ahí está al máximo. No estoy segura de si es el embarazo o el tiempo que ha pasado desde que he dejado que me toque, pero no recuerdo nunca sentir tanta respuesta
en mis pezones.
Roza sus dientes sobre mi pezón ya endurecido y luego lo succiona en su boca, girando la punta de su lengua en un movimiento circular alrededor de mi areola. Juro que se siente como que hay una conexión directa con mi ingle, haciéndome desearlo al instante y humedecerme.
Estoy jadeando y temblando mientras deslizo mi ingle una y otra vez sobre su erección.
Estoy segura de que me vendré con esto si me da suficiente tiempo, pero follar en seco no es lo que quiero.
—Tócame.
Mueve ambas manos sobre mis pechos y comienza ligeramente a apretar y soltar mientras hacer rodar mis pezones entre sus dedos. Se siente fantástico, pero ha entendido mal lo que quise decir, así que agarro su muñeca y empujo su mano hacia mi entrepierna.
—Aquí. —Se desliza dentro de la cintura de mis pantalones y me ahueca. Sostengo su muñeca y froto mi resbaladizo centro contra sus dedos, montándolos—. Quiero que me hagas venir.
—Nena, estás empapada así que puedo sentir como de caliente estás, pero ¿estás segura?
—Segura. Está bien para mí el orgasmo. La Dr. Sommersby me lo dijo hoy. —Estoy temblando y jadeando entre frases, tan caliente que mi cara se siente como que se ha adormecido—. Por favor. Por favor. Por favor. —Estoy desesperada y le rogaré si quiere.
—Podemos hacerlo mejor que esto. —Se levanta de la silla, aferrándome a él como su preciada vida. Se traslada a su banco de pesas acolchado y me baja. Agarra la cintura del
trasero de mi vaquero, arrastrándolo hacia abajo por mis piernas, y estoy tumbada, completamente desnuda delante de él, vestida solo con mis botas. Se pone de rodillas y empuja mis piernas hacia atrás y las separa. Me arqueo, mirando el techo por encima de mí a la espera de su toque. Y entonces lo siento, el primer golpe fuerte arriba con su lengua suave y húmeda hasta mi centro. Agarro la parte superior de su banco de pesas y resisto, temiendo arquearme lo suficiente para caerme al suelo—. Con calma, P.
Es más fácil decirlo que hacerlo. Han pasado dos meses desde que tuve un orgasmo.
Me permite relajarme de nuevo y luego siento el segundo golpe de su lengua, enviando otra sacudida de placer directamente a mi entrepierna.
—Ohhh…
—Mmm —gime—. He extrañado saborearte. —Coloca su lengua plana contra mí y lame hacia arriba—. Eres tan jodidamente dulce.
Estoy bastante segura de que mis ojos deben estar rodando hacia atrás en mi cabeza porque no puedo ver nada. Perdí todos mis sentidos, excepto uno, la sensación de la boca de Pedro Henry en mí.
Después de que me lame varias veces más, succiona mi clítoris en su boca y utiliza la succión para tirar de él. A veces los tirones son suaves, alternando con un tirón firme. Por mucho que me gustaría que esto continúe para siempre, no puede ser porque soy incapaz de durar más tiempo. Esa sensación una vez muy familiar comienza a construirse y está cada vez más cerca hasta que mis paredes interiores y útero se contraen, pero esta vez se siente diferente. Mi útero está mucho más lleno. Está ocupado por nuestro bebé creciendo por lo que el ajuste tiene toda una nueva sensación, y es magnífica.
—Ahh… Ahh. —No puedo formar una frase coherente.
Un momento después, se ha acabado y estoy increíblemente relajada, pareciera que mi cuerpo está hecho de gelatina. No estoy segura de si podría pararme si lo intento.
—Realmente disfruté eso.
—Bien, porque realmente disfrute haciéndolo.
Siento que el bebé está haciendo lo que solo puede ser descrito como acrobacias.
—Por amor de Dios, eso la despertó. Siente.
Se mueve hacia arriba de mi cuerpo y coloca sus grandes manos alrededor de mi bulto, encerrándolo completamente en su agarre.
—Wow. Eso la despertó con seguridad. —Sonríe mientras siente a nuestro bebé actuando bajo sus manos—. Dijiste ella.
Sí, lo hice, pero no estoy lista para admitirlo.
—No, no lo hice.
—Sí, lo hiciste.
No me convencerá de confesarlo.
—Si lo hice, es sólo porque eso es todo lo que escucho de ti. Ella. Ella. Niña.
—Porque es una niña.
—Pedro Henry, no sabes eso. Es mitad y mitad la probabilidad de que sea un niño.
Niega con su cabeza.
—Sé lo que sé.
—Está bien. Estoy cediendo y dejándotelo pasar sobre esto. Quieres llamar a este bebé una niña, lo haremos, pero sólo entre nosotros. No lo hagas delante de otras personas. Los
confundirás.
Está sonriendo y estoy segura de que es porque piensa que me ha convencido.
—Lo que digas, amor.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Ayyyyyyyyyyy, me mueroooooooooo, qué enamorados están!!!!!!!!
ResponderEliminar