lunes, 23 de mayo de 2016

CAPITULO 97




Como le he dicho no he estado dentro de otra mujer, estoy siendo honesto, pero esto es sólo una verdad a medias. 


Hubo otra mujer y fue una decisión difícil. Es cierto que no me la follé, pero no tengo ninguna duda en mi mente que lo que hice con ella lo tendrá en cuenta Paula. Tendré que decirle sobre eso en algún momento, pero ahora no es el momento. En este momento, sólo quiero tenerla entre mis brazos y recuperar el tiempo perdido.


Arrastro mis dedos suavemente de arriba abajo por su columna vertebral cuando levanta el rostro de mi pecho. 


Creo que está buscando la verdad en mis ojos.


—Te creo.


Ahora me siento aún peor, ya que la miro sonriéndome. Así como así, ella me cree tan fácilmente. Soy un imbécil tan egoísta porque decido tener este tiempo perfecto con ella en lugar de ser un hombre y ser totalmente honesto.


Pone su cara de nuevo en mi pecho y estoy agradecido porque no quiero que examine en las ventanas de mi alma. 


Me temo que va a ver a mi engaño.


Pone su palma de la mano sobre mi pecho y comienza a moverla en un movimiento circular lento.



—Háblame de todos allá en tu casa.


Empiezo mi actualización familiar diciéndole acerca de que mamá irrumpió por la mañana en mi lugar en Sydney y me golpeó con su bolso después que le confesé la verdad acerca de nuestra relación. Paula se dispara de la cama y gira para mirarme.


—¿Tu madre sabe de nuestro acuerdo?


—Sí, y ella no estaba muy contenta conmigo al respecto.


Se cubre los ojos con la mano y arruga la nariz.


—Oh, Dios. Margarita tiene que pensar que soy la mayor puta por compartir la cama contigo durante tres meses sin decirte mi nombre.


—Mamá no piensa tal cosa. Te adora.


Quita la mano de sus ojos.


—Yo pensaría que soy una puta, si fuera ella.


—Pero ella no piensa eso de ti en absoluto. —Debato si debo decir las siguientes palabras, pero decido que sí así puedo ver su reacción—. Quiere que te lleve de nuevo y te haga su nuera.


Estoy bastante seguro que a mamá también le gustaría que convierta a Paula en su nuera y la llevara nuevamente .


Simplemente no estoy diciendo que me quiero casar con ella. Ni siquiera dije que soy el que lo desea, pero lo hago. 


Realmente lo hago y no puedo confundir la expresión de asombro en el rostro de Paula. Claramente no esperaba que
dijera algo remotamente cercano a hablar de hacerla mi esposa.


Me dije que no mencionaría el matrimonio por miedo a asustarla, pero no veo el miedo en sus ojos. Es algo totalmente diferente y me da esperanza, la esperanza de que pudiera tenerme como su marido.


Está haciendo esa cosa otra vez en donde busca mi rostro. 


Creo que está buscando una pista de lo que está en mi mente para saber cómo responder.


—Umm... suena como si Margarita tuviera algunos grandes planes para mí.


Típico movimiento de Paula. Responder sin contestarme, y lo reconozco como su firma de mecanismo de defensa. Lo está usando porque tiene miedo, así que le debo para tomar el primer paso. Amo a esta mujer y puedo hacerlo si ella me necesita.


Hubo un momento en que ella fue capaz de desnudarme su alma y corazón, y me aseguraré de que vuelva a confiar en mí de esa manera otra vez.


—Paula, nunca esperé amarte, pero lo hago... con cada fibra de mi ser. — Rompe en una enorme sonrisa cuando reconoce mi uso de sus palabras de la carta que me envió—. He pasado los últimos tres meses aprendiendo como se siente estar sin ti , y he odiado cada minuto. No quiero volver a hacerlo de nuevo. — Agarro su mano y entrelazo mis dedos con los de ella. No se trata de proponerme, porque quiero que sea algo inolvidable, pero voy a decirle lo mucho que me quiero casar con ella lo más pronto posible y así poder hablar de nuestro futuro y de cómo vamos a comprometernos a hacer que las cosas funcionen—. Quiero... —comienzo pero soy interrumpido por mi móvil, el tono de Margarita Alfonso. Su momento de la oportunidad no podía ser peor y se desmayaría si supiera lo que me había impedido hacer.


—¿Quién estará llamando a esta hora? —No tenía la intención de tomar la llamada de mi madre porque no quería que me interrumpiera nuevamente, pero oigo la sospecha en la voz de Paula y sé que no tengo elección. Tengo que tomar la llamada de mamá para poder quitar las dudas de Paula. No tiene cabida entre nosotros.


—Es mi madre. No siempre tiene en cuenta el cambio de hora entre Sydney y Nashville.


Pero sé la verdadera razón de su llamada. Sabía que esta noche haría un gran movimiento para localizar a la mujer que creía que era Paula. Llama para ver si todo está bien.


Me deslizo fuera de la cama, completamente desnudo, para recuperar mi teléfono. Paula se apoya sobre un codo para mirarme cruzar la habitación.


—Esa es una hermosa vista que me he estado perdiendo.


—Te voy a mostrar algunas otras cosas que te has estado perdiendo también. — Me río antes de tomar la llamada de Margarita Alfonso.


—Hola, mamá.


Ella va directamente al grano.


—Sé que allá es tarde, pero no podía soportarlo. Tengo que saber si la encontraste.


—Sí, mamá. Está conmigo ahora.


Ella chilla como un niño.


—Oh, eso es una noticia maravillosa, exactamente lo que yo esperaba oír. ¿Las cosas van como esperabas que lo hicieran?


Este es el código de Margarita para preguntar, sin llegar a pedirlo, si estamos recuperando el tiempo perdido.


—Lo están.


—¿Interrumpí lo que estabas haciendo?


—De hecho lo hiciste.


—Hijo, si contestas el teléfono, entonces no estabas haciéndolo lo suficientemente bien, necesitas volver a ella y hacerlo mejor. No contestes el teléfono la próxima vez.


Demonios. Acabo de ser corregido por mi madre.


—Voy a permitirme ese desliz, vieja dama. Te llamaremos más tarde, cuando hayamos terminado de hacer lo que sea.


—Por favor hazlo, porque quiero saberlo todo. —Puede olvidarse de eso—. Te quiero, hijo, y estoy muy orgullosa de ti. No voy a pedirte hablar con ella ahora, pero por favor dile a Paula que estoy muy feliz y que la extraño terriblemente.


—Lo haré y yo también te quiero.


Termino la llamada y silencio el teléfono antes de dejarlo caer en el sofá. No habrá más interrupciones de ese pequeño objeto ruidoso esta noche.


Vuelvo a la cama y me deslizo al lado de Laurelyn. No vacila en acercarse y colocar su cabeza en mi pecho, envolviendo su brazo y pierna a mi alrededor.


— ¿Supongo que Margarita está contenta?


—Sí. Está contenta conmigo por primera vez en meses. Me pidió que te dijera lo feliz que está y que te echa de menos.


Pensé que ella se iba a volver loca cuando nos dimos cuenta de que la búsqueda de Paula no iba a ser tan fácil como se pensaba originalmente.


—También la extraño y me alegra que sea tan fácil de complacer.


Fácil es una palabra subjetiva.


—No sé si yo podría llamarlo fácil de complacer. Estoy seguro de que la preocupación por Emma al estar embarazada de nuevo es la única cosa que me salvó de conseguir mi cuello retorcido.


Su cara se ilumina de una manera que sólo la veo cuando habla de bebés.


— Aww, Emma y Ernesto tendrán un tercero. ¿Cuándo?


— Sale de cuentas hasta mediados de septiembre, pero generalmente se adelanta alrededor de seis semanas, por lo que predecimos que sea cualquier día en agosto.


—Ella me dijo que habían terminado con los bebés —dice riendo.


—Así era, pero tuvieron un desliz. — Tan pronto como digo la palabra desliz me doy cuenta de mi error, porque Paula fue un embarazo no planeado.


—Entonces este bebé y yo tenemos una cosa en común.


Me siento como un imbécil.


—Lo siento. Es una mala elección de palabras. Fue una sorpresa, una de la cual ellos están muy felices ahora.


Rápidamente recupera aquel brillo.


—¿Es un niño?


—Eso es lo que ellos nos dicen.


—Dos niñas y un niño. Eso suena como una pequeña familia perfecta para mí.


Recuerdo que decía que quería al menos dos.


—¿Crees que tres es un buen número?


—Sí, creo que tres suena maravilloso.


Hmm. Tres. Nunca me vi con uno hasta hace unos meses.


 Ahora, tengo que acostumbrarme a la idea de tres. Pero puedo y lo haré por Paula. Si ella quiere tres, entonces esto es cuántos ella tendrá



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