viernes, 13 de mayo de 2016
CAPITULO 66
Cerré la puerta a Alfonso Henry para siempre. Él ya no existe. Sólo Pedro Henry Alfonso reside aquí, y me gusta.
Por primera vez en más de cuatro años, se siente bien estar con una mujer. Y no sólo cualquier mujer. Paula.
—Ahora que sé tu nombre real, el cual estarás de acuerdo es una de las piezas más importantes de información, ¿podré saber todo lo demás?
Ella quiere el resto de mi historia.
—Sabes mi nombre. Has conocido a mi familia. ¿Qué más quieres saber?
—Somos tan cercanos como dos personas pueden ser, así que quiero saberlo todo.
Las cosas se sienten realmente bien entre nosotros de la manera en que están.
¿Estoy realmente listo para decirle más?
—No tienes que preocuparte, Pedro Henry. No voy a acosarte de la manera en que Adriana lo hace.
La escucho decir mi nombre y estoy perdido. Le digo todo lo que quiere saber.
—Tengo un condominio aquí en Sydney. Es mi hogar cuando no estoy viajando, lo cual no es muy seguido, porque soy dueño de muchos viñedos para quedarme en casa por mucho tiempo.
Ella se toma un minuto para procesar esta información.
—¿Eres dueño de todos?
—Sí. Avalon es mi última adquisición.
Ella no estaba esperando eso.
—¿Cuántos en total?
—Demasiados. —Y esa era la verdad. Estaba muy extendido a lo largo de Nueva Gales del Sur y Nueva Zelanda. Estaba siguiendo los pasos de mi padre y también haciendo los míos. No debí comprar Avalon. No tengo el tiempo que requiere para hacerlo exitoso, pero no puedo arrepentirme. Es lo que me guió a Paula.
—¿Así que eso significa que eres rico?
—Sí. Te lo dije cuando te conocí.
—Me has dicho muchas cosas pero asumí que la mayoría eran todas mentiras.
—Muchas lo han sido, pero todo es parte de nuestro juego, nena.
—Y ahora nuestro juego ha cambiado.
Sí. Ciertamente, lo ha hecho. En más de una forma.
Estoy pasando mi mano sobre el traje de satén cubriendo el vientre de Paula y siento el piercing de metal a través de su ombligo. Realmente quiero subir su vestido y besarla allí, pero no lo hago. No se siente cómoda siendo íntima en la casa de mis padres y ya me ha dicho que no una vez esta noche. No quiero una repetición o un recordatorio de nuestra anterior pelea.
Desde que ya no estamos pretendiendo, bien podría advertirle sobre Margarita Alfonso y lo que trama.
—Mi mamá te quiere aquí así puede ocuparse de ti.
—¿Ocuparse de mí? ¿Cómo?
—Ella quiere que yo tenga una esposa, y tú eres lo más cercano que ha visto. Jamás.
—Oh. —No estoy seguro si su sorpresa son por las intenciones de mamá o porque lo traje a colación—. Supongo que ella no recibió el memo sobre nuestro acuerdo.
—Ella se volvería loca si supiera en qué ando.
—¿Pero no le dijiste que me iría permanentemente el mes que viene?
Permanentemente. Que palabra de mierda. La odio tanto como el no.
—Ella sabe pero no le importa. Es determinada.
—Quizá deberíamos seguirle la corriente. Ya sabes, hacerla feliz.
Hmm. No es una terrible idea y conseguir que retrocediera por un tiempo sería bueno.
—Lo haré si tú estás preparada para hacerlo.
—Por favor, como si tú y yo no supiéramos como fingir.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Excelentes los 3 caps.
ResponderEliminar