domingo, 8 de mayo de 2016

CAPITULO 47





Casi estoy contenta de que Adriana llegara. Alfonso es forzado a darme un entendimiento que no haría de manera voluntaria. Ahora veo por qué es tan reservado con respecto a su vida, y en realidad no puedo decir que lo culpo si ese es el tipo de cosas rayando en la locura con las que tiene que tratar.


No hablamos después de que le dijera cómo me iba a marchar. Se sostiene sobre mí como si temiera que me pudiera levantar y deslizarme lejos en la noche.


Estaba asustado cuando pensó que lo había abandonado. 


Lo escuché en su voz y lo vi en sus ojos.


De alguna manera logro dormir con él enredado en mí, y sigue sosteniéndome cuando mi teléfono vibra en la mesita de noche a las siete en punto. Estoy segura de que es Daniel llamando para saber si estoy lista para partir.


Alfonso rueda lejos de mí y lo agarra antes de que yo fuera capaz de hacer un movimiento.


—Daniel, después de todo la Señorita Beckett no necesita que la lleves esta mañana.


Después de que terminó la llamada, rueda de regreso hacia mí.


—Me estuvieras abandonado justo ahora si no hubiera regresado a casa temprano. —Tiene razón, aún así no quiero admitirlo, así que no digo nada. Me jaló cerca de nuevo, del mismo modo que me sostuvo toda la noche—. Tenemos dos meses más juntos. Por favor, no trates de irte de nuevo a menos que sea una decisión mutua.


—Okey.


—Prométemelo, Paula. No quiero preocuparme de tener que llegar un día y encontrarme con que te has ido.


—Lo prometo. —Se relaja con mi garantía y sé que éste es el final de eso. Nunca lo sacará de nuevo porque me cree.


—¿Qué te gustaría hacer hoy?—pregunta.


—No esperaba que estuvieras aquí, así que le pedí a Aldana que se encontrara conmigo para almorzar antes de que todo el asunto de Adriana sucediera.


—Eso está bien. Parece que he descuidado mi trabajo de oficina desde que está aquí, Señorita Beckett. Mis libros podrían soportar algo de actualización.


—Señor Henry, ¿Está culpándome por su falta de productividad?


—Sólo de mi falta de concentración —explica—. Parece estar en ti estos días.


—Entonces probablemente sea una buena idea salir de tu espacio hoy.


—Vamos a llamarlo una salida de chicas. Tú y tu amiga pueden ir de compras o lo que sea que hacen cuando están juntas.


Encojo los hombros porque en realidad no tengo dinero extra para gastar. Mi presupuesto está bastante apretado después de mi juerga de gastos en la ropa interior antes de Navidad.


—En realidad no necesito nada.


Sale de la cama y toma su cartera de los pantalones. Coloca varios cientos en la mesa de noche bajo mi teléfono. Guau, eso en realidad me hace sentir como una puta.


—Cuando compras para ti misma, estás comprando para mí porque me gustas en cosas lindas. —Se inclina y besa mi boca—. Te llevaré a un lugar la próxima semana, así que compra algunas cosas nuevas para nuestro viaje.


—¿A dónde me llevas?


—Nueva Zelanda. Es un viaje de negocios, pero tendremos mucho tiempo para jugar mientras estemos ahí, así que compra algunos vestidos veraniegos y algunos trajes de baño nuevos. Me gustaría solicitar bikinis muy reveladores.


¡De ninguna jodida manera! Aldana estará tan celosa.


—¿Me llevas a Nueva Zelanda?


—Sí. Tengo algunos negocios en uno de los viñedos y mi jefe tiene casa en una playa privada. Nos está dejando quedarnos ahí por un par de noches.


—Alfonso. Ni siquiera sé qué decir. —Y no lo sé. Nunca podría hacer algo como eso por mí misma. No hubiera podido venir a Australia si los padres de Aldana no hubieran comprado mi boleto de avión.


—Hay solo una palabra que deseo escuchar.


—¿Sí?


—Esa misma.


Levanto mis brazos hacia él y me permite saltar sobre él con mis piernas alrededor de su cintura mientras chillo.


—¡Vamos a Nueva Zelanda! —chillo de nuevo con excitación.



No hay comentarios:

Publicar un comentario