sábado, 4 de junio de 2016

CAPITULO 137




Estoy en el suelo con Aidan cuando Paula y Emma llegan. 


En el momento en que ve a Emma, ya no está contento conmigo y comienza con otra de sus rabietas.


Lo recojo del suelo y se lo paso a su madre.


—Toma, aquí está tu bebé teta.


Pedro Henry, no puedo creer que hayas dicho eso.


—Es cierto, Paula —Emma está de acuerdo—. Aidan es un hombre de teta.


Ella va hasta el sofá con él, pone una manta sobre su pecho para cubrirlo y comienza a amamantarlo. Es su tercer niño y ella dejó de irse a otra habitación después de que Mila naciera. En serio me asusté las primeras veces que lo hizo delante de mí, pero supongo que ya estoy acostumbrado porque no me molesta más.


—Odio dejarlo todo el día, pero necesitaba tener un momento egoísta y escapar por un rato. No se portó terriblemente, ¿verdad?


—Tuvimos una charla de hombre a hombre y le hablé desde la comprensión.


Emma me da una mirada de disculpa.


—Eso fue malo, ¿eh?


Sí, fue bastante malo por un rato pero no me gusta decirle que su hijo tuvo una buena rabieta.


—Tal vez un poco al principio, pero lo superó.


—Déjame adivinar. ¿Ernesto se deshizo de él? —Ella conoce su marido también.


—Nah. Él estaba ocupado con las chicas por lo Aidan y yo hicimos algunos vínculos masculinos. No he llegado a verlo mucho desde que nació. Después superó su pequeño cabreo, y estaba bien hasta que vio tus pechos. Ha salido al tío Pedro.


Paula sacude la cabeza y sospecho que voy a estar en problemas con el bebé teta y los teta-comentarios cuando estemos a solas más tarde, así que hago un intento por suavizarlo.


—¿Mi hermosa novia encontró un vestido?


Inmediatamente comienza a sonreír y estoy seguro de que es una buena señal.


—Lo hice.


Sé que no me lo dirá, pero me pregunto de todos modos.


—¿Cómo es?


—Un hermoso vestido blanco de novia.


Esa es exactamente la respuesta que esperaba.


—¿No me vas a decir nada al respecto?


—No —Que sorpresa—. Lo sabrás cuando me veas el día de la boda.


—Dime alguna razón sensata por la que no pueda verlo antes de la boda.


—Quiero que sea una sorpresa.


Me encojo de hombros.


—Lo que tú quieras, amor.


Ella se quita uno de sus zapatos y se frota el pie.


—En este momento sólo quiero volver al apartamento y descansar. Estas mujeres Alfonso me lastimaron con esta cosa de las compras. No podía seguirles el ritmo.


—Es una cosa genética de mamá y Chloe —Ellas no se detendrán—. Emma tuvo que ser entrenada y tú también lo serás.


—Ya lo veremos —Probablemente no va a suceder. Ir de compras no es realmente algo del estilo de Paula.


Ella no hace ningún movimiento para sentarse y tomo eso como una señal para irnos.


—Creo que necesito llevar a mi novia a casa, prepararle su baño caliente y luego un masaje en los pies.


Se pone de nuevo su zapato.


—No tienes ni idea de lo perfecto que suena eso.


Emma mira a Ernesto.


—Podrías aprender de tu hermano.


Puedo decir que eso lo molesta. Bien.


—Está bien. Envía a estos tres niños a casa con ellos y estaré feliz de prepararte un baño y masajear tus pies, si eso es todo lo que tengo que hacer, estoy más que contento.


—No tienes que estar de tan mal humor al respecto.


—Estoy cansado. Estos chicos me han destrozado hoy.


—Así que ahora sientes lo que siento yo todo el día, salvo que tú no tienes una aspiradora humana sobre ti.


Paula y yo nos miramos el uno al otro y comenzamos a caminar hacia la puerta. Estoy bastante seguro de que ninguno de ellos notó nuestra huida. Nos metemos en el auto y empezamos reír al mismo tiempo, cuando nos miramos el uno al otro, ambos sabemos que vamos a ser de la misma manera, aunque ninguno de los dos lo diga. 


Y no puedo esperar.





No hay comentarios:

Publicar un comentario