viernes, 29 de abril de 2016

CAPITULO 18




Cuando siento a Chiara contraerse alrededor de mi polla, eso desencadena mi perdición. Observo su rostro mientras me empujo una última vez en su interior y descubro algo sobre ella. Ya sabía que era hermosa, pero lo es incluso más cuando se corre.


Estoy apoyado en mis codos y aún en el interior de Chiara cuando bajo mi rostro para besarla. Aquí es donde quiero estar ahora. Dentro de ella. Y es donde tengo la intención de estar bastante tiempo durante los próximos tres meses.


Ésta es la parte donde las cosas siempre se vuelven desagradables en las relaciones normales. Es cuando las mujeres quieren hablar de amor y compromiso, pero no Chiara; nosotros no somos así, así que puedo relajarme.


La beso de nuevo y luego me retiro. Ella frunce el ceño por la pérdida.


—No te preocupes. El hombre de las cavernas volverá enseguida.


Escucho su risa cuando entro al baño para tirar el condón en la basura. Lo saco y lo ato con un nudo antes de tirarlo. Los odio, pero son una necesidad en cualquier relación sexual fuera de un matrimonio monógamo.


Camino de regreso a la cama y Chiara no tiene ninguna reticencia en comerme con los ojos. No hay vergüenza en su juego y es excitante verla casi salivando mientras mira boquiabierta mi cuerpo. Trabajo duro por ello, así que disfruto del placer que veo en sus ojos mientras está admirándolo.


—Bien podrías ser el diablo.


—Nena, tú eres la que sostiene la manzana. —Me deslizo en la cama junto a ella e inmediatamente se sube a horcajadas sobre mí. Desliza sus manos por mis pectorales, bajando hasta mis abdominales, y luego sube de nuevo. Se inclina
hacia adelante y pasa su lengua sobre cada uno de mis pezones antes de deslizarse hacia abajo por mi cuerpo. Sus piernas pasan de estar en la parte externa de mis caderas a estar entre mis muslos mientras migra hacia el sur. Es lenta al bajar porque está dándome el tiempo que necesito para endurecerme de nuevo.


Sé que está a punto de llevarme a su boca. Espero por ello y luego siento la cálida ráfaga de aliento sobre mí. Ella pasa su suave y húmeda lengua sobre mi punta y me sacudo en respuesta. Ha pasado mucho tiempo desde que alguien ha hecho esto por mí. Demasiado tiempo.


Cuando termina de lamerme desde la base hasta la punta, no puedo silenciar el gemido que surge cuando me toma por completo en su boca. Maldita sea. Esto no va a tomar mucho tiempo porque esta mujer tiene unas habilidades orales fenomenales.


Deslizo mis dedos a través de su cabello mientras me la chupa y le doy un toquecito en la parte superior de la cabeza cuando estoy a punto de estallar. Ella no se detiene y me pregunto si las americanas no saben sobre la señal universalmente conocida para detenerse, así que la toco de nuevo.


—Estoy a punto de correrme, Chiara.


Ella chupa más duro y ahí es cuando me doy cuenta de que no tiene la intención de parar. Me impresiona porque ninguna mujer me ha permitido alguna vez venirme en su boca. 


Maldita sea, es sexy.


Estoy a punto de explotar y me escucho a mí mismo gruñir “¡Ooh, mierda!” mientras empujo mis caderas hacia arriba a la boca de Chiara. Cuando termino, ella lame una última vez y luego levanta la mirada hacia mí con una traviesa sonrisa y se echa a reír.


—Mmm, sabe a pollo.


Me estoy riendo después de una mamada. Esas dos cosas no se suponen que vayan juntas, pero veo que lo hacen con ella. Creo que las probabilidades de ella matándome con sexo son buenas, pero vaya manera de terminar. Al menos moriré feliz.





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